La pandemia demostró que el futuro de la medicina está en la biotecnología, pero se está demostrando que también está en la unión con la bioingeniería.
La biotecnología y la ingeniería biomédica ofrecen nuevas soluciones a necesidades médicas y asistenciales no cubiertas. Entre las funciones de la ingeniería aplicada a la medicina está el diseño, desarrollo y evaluación de dispositivos médicos, equipos y sistemas, así como en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Tecnología para mejorar la salud
La ingeniería biomédica en la medicina potencia la colaboración entre profesionales sanitarios e ingenieros biomédicos en espacios interdisciplinares que deben involucrar a los pacientes, y también precisa de la integración con los biotecnólogos, pues es esencial el papel de la biotecnología en la investigación de soluciones médicas.
Debemos tener ingenieros en todos los procesos que mejoren la calidad sanitaria, en los procesos estratégicos que contribuyen a la innovación y la calidad, y en los procesos de soporte con impacto en la estructura y los sistemas de información.
Es necesario asumir que un ingeniero biomédico puede desarrollar innovaciones médicas a través de la tecnología, diseñar dispositivos, software o aplicaciones; así como nuevos materiales y maquinaria para prevenir y tratar problemas de salud, facilitando la atención médica y el diagnóstico de nuevas enfermedades.